El 26 de septiembre de 1969 es un día de profundo dolor para el fútbol boliviano. El equipo titular de The Strongest, que se hallaba en situación comprometida en la tabla de posiciones del campeonato paceño, había jugado un partido en la ciudad de Santa Cruz y retornaba a La Paz en el vuelo regular del Lloyd Aéreo Boliviano. El avión, un cuatrimotor DC-6B, se estrelló en la cordillera de los Andes muy cerca de la población minera de Viloco. Llevaba 74 personas a bordo, entre ellos el elenco atigrado. Perecieron en esa aciaga jornada 20 deportistas de gran valía. Los arqueros Armando Angelaccio Martínez (paraguayo) y Orlando Cáceres Pinaya (paraguayo); los defensores Jorge Tapia Albarracín, Óscar Flores Gorena, Juan Iriondo Angola, Miguel Ángel Porta García (argentino), Julio Alberto Díaz Gutiérrez (argentino nacionalizado que había integrado la Selección nacional en julio y agosto de ese mismo año) y Óscar Guzmán; los mediocampistas Germán Alcázar Saravia, Héctor Marcheti Peirano (argentino), Hernán Andreta Mendoza (argentino), Raúl Farfán Flores y Ernesto Villegas Gonzalez; los delanteros Osvaldo Franco Mancera (argentino nacionalizado), Eduardo Agustín Arrigó González (argentino), Diógenes Torrico Granadino y Fernando Durán Burgos, el director técnico Eustaquio Ortuño Ortuño (ex-arquero del seleccionado nacional), el masajista y utilero Felipe Aguilar Alvarado y el dirigente atigrado José Ayllón Guerra. El accidente aéreo dejó al Tigre completamente desarbolado. El club tuvo que luchar por su resurrección. Fue entonces cuando se probó su fortaleza y la grandeza de su historia. Estaba además al mando de la institución Rafael Mendoza Castellón, en plena juventud y con el temple para encarar tamaño desastre. Mendoza edificó a partir de la reconstrucción de la institución su leyenda, la del mejor presidente atigrado y uno de los grandes de la dirigencia del fútbol boliviano. Tuvo mucho que ver en este trance tan particular el apoyo especial de Boca Juniors de la Argentina encabezado por Alberto J. Armando que apoyó a los atigrados con un partido de beneficio y con jugadores que dejaron huella como Romero y sobre todo Luis F. Zorro Bastida. La contribución xeneixe marcó un hermanamiento entre ambos clubes que, en muchos sentidos, representan una hinchada y una filosofía muy parecida en cada uno de los dos países. No se podía pensar siquiera en un vacío de tal magnitud. The Strongest era y es uno de los grandes del fútbol de Bolivia y un referente boliviano en América del Sur.
Nadie retaceó esfuerzos dentro de la nación para colaborar con el club caído en desgracia. Como resultado, no sólo se hizo un gran equipo, sino que surgió la infraestructura institucional del complejo de Achumani, quizás el mayor que haya hecho club alguno en Bolivia. Se escogió la cabeza de un Tigre en vez del escudo clásico que el nuevo elenco lució en esos años en el pecho y también se hizo popular el denominativo del Tigre de Achumani para referirse al elenco atigrado. Se creó un equipo de transición denominado Strongest Símbolo y sobre esa base es que nació una de las mejores escuadras atigradas de la historia. El nuevo equipo ganó campeonatos y participó en la Libertadores con cracks como Juan Américo Díaz, Mario Pariente, Nilton Pinto, los citados Romero y Bastida, Luis Galarza, un inolvidable histórico como Rolando Perro Vargas, Isaac Maldonado y otros jugadores de valía. A pesar de ese renacimiento, todos recordamos el accidente de Viloco como la mayor tragedia del fútbol boliviano y una de las mayores del fútbol internacional, a la que se suman catástrofes vividas, debido a accidentes aéreos, de equipos como Torino de Italia (1948), Manchester United de Inglaterra (1958), Green Cross de Chile (1961), Alianza Lima de Perú (1987), Selección de Zambia (1993) y el Chapecoense de Brasil (2016).
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