Algunas vías de la antigua ciudad imperial brasileña de Petrópolis se convirtieron en ríos correntosos que arrastraron todo a su paso. El Gobierno alertó de un riesgo “muy alto” de nuevos deslizamientos de tierra
Al menos 80 personas murieron en las lluvias más intensas de los últimos 90 años en la antigua ciudad imperial brasileña de Petrópolis, donde el miércoles se libraba una carrera contrarreloj para hallar a eventuales supervivientes bajo el lodo y los escombros.
“Es un escenario de guerra. Solo tienen que ver los muros y ver hasta dónde el agua llegó”, dijo al final de la tarde Cláudio Castro, gobernador de Río de Janeiro (sureste), en una rueda de prensa en la zona del desastre, en la región serrana del estado.
El Gobierno confirmó hasta la noche del miércoles 80 muertos, una cifra que continúa creciendo con el correr de las horas, tras el temporal ocurrido en la tarde del martes en la ciudad ubicada a 68 km al norte de Río.
“Fue la peor lluvia desde 1932”, declaró.
Según la Defensa Civil de la Alcaldía, se produjeron en 24 horas 325 incidentes, entre ellos 269 deslizamientos, además de derrumbes de decenas de viviendas, y caídas de muros y de árboles.
Videos viralizados en redes sociales mostraron imágenes impactantes de algunas vías de Petrópolis convertidas en ríos correntosos arrastrando todo al pasar con una fuerza desmesurada.
Equipos de rescate trabajaban para socorrer a los afectados, muchos de los cuales buscaban desesperados a familiares y amigos en un escenario de viviendas reducidas a escombros y vehículos apilados entre el agua y el barro, constataron periodistas de la AFP.
Nadie lo esperaba, fue desesperante, muy triste. Tengo amigos que están desaparecidos”, dijo Elisabeth Pio Lourenço, de 32 años, vecina del destrozado barrio de Alto da Serra.
“Lo han perdido todo”
Hasta el momento, las autoridades no han informado la cantidad de desaparecidos.
“No quiero ver lluvia nunca más en mi vida”, exclamó otro vecino, Jerónimo Leonardo, de 47 años, que el martes tuvo que salir a toda prisa de su casa, que quedó relativamente conservada.
La iglesia de Santo Antonio, cercana al área del desastre, abrió sus puertas para acoger a más de 150 personas, evacuadas de sus casas por las inundaciones o el peligro de deslave a causa del temporal. Muchas otras fueron atendidas principalmente en escuelas.
“Muchos de los que llegan lo han perdido todo, o perdieron a sus parientes. Es una situación difícil”, dijo a la AFP Celestino, el párroco de la iglesia.
Unos 400 militares trabajaban en tareas de auxilio en el lugar junto con equipos de Defensa Civil y bomberos, con perros, máquinas excavadoras, camiones, botes y una decena de aeronaves.
El Gobierno brasileño alertó de un riesgo “muy alto” de nuevos deslizamientos de tierra en la región montañosa de Río de Janeiro, “especialmente en Petrópolis”, debido a la previsión de más lluvias para los próximos días que podrán causar nuevas “inundaciones”.
En su visita a Rusia, el presidente Jair Bolsonaro deseó que “Dios consuele a los familiares” de las víctimas de la “catástrofe” en Petrópolis, durante una conferencia de prensa conjunta con el anfitrión, Vladimir Putin, a quien agradeció su solidaridad ante lo ocurrido.
El Gobierno afirmó que el mandatario visitará la zona el viernes.
Fenómenos extremos
Algunos puntos de Petrópolis recibieron hasta 260 milímetros de lluvia en menos de seis horas, un volumen superior a la media histórica para todo febrero (240 mm), de acuerdo con la agencia meteorológica MetSul.
“Las precipitaciones acumuladas (…) son inusuales”, señaló la meteoróloga Estael Sias en una nota en el sitio de MetSul, donde asegura que este desastre “no es ni el primero ni será el último”, dadas las características climáticas, topográficas y poblacionales de la región.
Brasil ha vivido en los tres últimos meses episodios de intensas lluvias, especialmente en los estados de Bahía (nordeste) y de Minas Gerais (sudeste), que han dejado decenas de muertos y causado destrozos en centenares de municipios.
Via: Agencia AFP